• Artículos

Tu «cable a tierra» en tiempos acelerados

 


Cómo controlar el ego para lograr resultados en un mundo VUCA

A medida que escalamos posiciones y tenemos éxito en las empresas, sobre todo en las más grandes, puede suceder que nos desconectamos, o nos invade el hubris, ese “orgullo o sensación de autoconfianza excesiva”, que lleva a algunos a malinterpretar su poder y cometer excesos con la gente o con los recursos de la empresa, entre otros.  

Por eso me llamó mucho la atención la conversación que sostuve hace unas semanas con una amiga muy sabia.  Me contó que hace años, antes de asumir la Gerencia General en una empresa europea en Perú, una de las primeras cosas que hizo fue pedirle un favor a la persona más objetiva, franca y transparente de su equipo.  Había trabajado mucho en desarrollar la confianza en su área y sabía que la persona estaría a la altura.  Le dijo:  

Quiero pedirte que seas mi cable a tierra. Quisiera que me observes y estés atenta a mi desempeño en este nuevo desafío.  Si en algún momento ves que se me empiezan a subir los humos, si ves que hago o digo algo mal o desconsiderado, o que me desconecto de las personas, te pido por favor que me lo digas sin titubeos.

Es así que, con la ayuda de un «brazo derecho», se autoimpuso un mecanismo de control y se mantuvo “conectada,” con los pies firmes en tierra, a lo largo de su exitosa gestión.  

¿Es necesario tener un “cable a tierra” hoy?

Podríamos argumentar que hoy no es necesario tener un cable a tierra porque las organizaciones son más horizontales, se trabaja en espacios abiertos donde todo es visible, y las mismas redes sociales pueden actuar como mecanismos de control, etc.  Pero no siempre es asi.  Si no, pensemos en el caso del ex CEO de una conocida start-up de co-working, donde diversos artículos publicados luego de su dimisión, hablan de su estilo particular y excesos que contribuyeron, entre otros, a llevar su gestión al fracaso. 

El enamoramiento con el poder

Puede resultar fácil enamorarse del poder, y rodearse, sin pensarlo mucho, de “ayayeros”, personas que lejos de cuestionar nuestras actitudes y acciones, apoyan o celebran todo lo que decimos y hacemos.  En otros casos, los colaboradores desisten de decir algo porque no los escuchamos: “Igual no escucha y al final, va a hacer lo que quiere.” Otros, no se atreven a decir nada, por miedo a posibles reprimendas.  

En ausencia de mecanismos de control auto-impuestos, o impuestos por la empresa a través de la aplicación de valores rigurosos, es más fácil caer en el juego y desconectarse de la realidad. 

¿Cómo silenciar tu ego?

Ryan Holiday, ejecutivo de medios y autor de varios libros, incluyendo “Ego is your Enemy” explica que la egolatría te lleva a la arrogancia y te distrae de las metas importantes.  Aparece en tres momentos que puedes contrarrestar con una fórmula sencilla: (= + -)

  1.  Cuando aspiras a hacer algo grande: Rodéate de alguien que compite a tu mismo nivel (=) para desafiarte a seguir creciendo.
  2.  Cuando experimentas éxito notorio: Inspírate en alguien mejor que tú (+) para recibir una dosis de humildad y recordar que aún tienes mucho por hacer.
  3.  Cuando enfrentas el fracaso o un gran revés: Comparte estos aprendizajes con otros que no han pasado por ello (-) y recuerda que aún tienes mucho que aprender.

Encontrarás el detalle en el video resumen a continuación, del fabuloso Productivity Game. O, si quieres saber más puedes escuchar a Holiday en una de las “Charlas Google”.  

 

La humildad

Lo opuesto de la arrogancia es la humilidad.  Esta mañana en la reunión del comité de RRHH de AMCHAM, nos conectamos con Miquel Lladó, directivo del FC Barcelona y profesor del IESE quien nos habló de los valores del Barza.  ¿Adivinen cuál es el primero? La Humildad.  Uno de los mejores equipos del mundo, vive y promueve la humildad (entre otros) en la formación de sus cracks.  

Pensando en el futuro, el crecimiento exponencial de la tecnología no va a cambiar, los cambios no se van a detener, el sentido de urgencia para competir se agudiza con la entrada de empresas cada vez más disruptivas.  Creo que para lograr resultados este mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) tan acelerado, debemos tener bien puesto nuestro “cable a tierra”. Asi nos aseguraremos de estar cerca, ser accesible, abierto a nuevas ideas o planteamientos, a pesar que el concepto pueda parecer obsoleto ante el auge de las conexiones inalámbricas. 

Si te gustó el artículo, compártelo¡
Fuente imagen:El observador de la Humildad
Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 05 de Marzo 2020
Regresar