En sencillo, storytelling se traduce a “contar historias (o cuentos)” para reforzar tu comunicación o mensaje y hacerlo más cautivador e influyente.

Precisamente ayer, conversaba con un amigo gerente general y le pregunté sobre un tema puntual. Mientras me contestaba en lenguaje muy sencillo e iba estructurando su respuesta, me enganchó.

En dos oportunidades, de manera espontánea y en el momento preciso, matizó lo que decía con pequeñas historias que servían de ejemplos, como polvo mágico esparcido con precisión sobre su relato, para ayudarme a visualizar lo dicho.

En la segunda oportunidad, usó un chiste a modo de ejemplo.  Me impresionó su facilidad para sacar tan buenas historias, debajo de la manga, como mago.

Descubrí que estaba viendo a un verdadero storyteller en acción. Era una de las pocas veces que apreciaba este talento de manera tan natural en un ejecutivo, a pesar que mi trabajo implica conversar todos los días con personas y escuchar sus historias.

Storytelling: competencia valiosa de liderazgo
Se trata de una competencia muy valorada en el liderazgo ejecutivo y la comunicación en general, pues a través de pequeños ejemplos o historias, ayuda a otros a visualizar el mensaje con claridad y contundencia. El storytelling influye sobre otros. Es probable que sea la razón por la cual tu mentor sugiere que la desarrolles.

¿Por qué funciona?
El storytelling funciona porque “las historias conectan directamente con nuestras emociones,” según Kevin Kruise, CEO de LEADx quien entrevistó a Paul Smith, autor del libro Lead With A Story, para Forbes.

Smith señala que el storytelling es importante porque le habla a la parte emocional de nuestro cerebro donde se toman las decisiones; mientras que el idioma natural de los negocios le habla a la parte lógica. Sugiere, entonces, que si lo que quieres es “influir sobre las decisiones, comportamientos y actitudes de las personas (liderar),” debes hacerlo dirigiéndote a la parte del cerebro donde se toman las decisiones y donde éste procesa mejor lo emocional, o las historias.

Aparte de influir sobre las decisiones, hay otras tres razones que hacen del storytelling una herramienta clave en el trabajo, según el experto:

1. Las historias son contagiosas y se esparcen a través de boca-a-boca como no lo hace ningún memorándum.
2. Las historias hacen más fácil recordar los hechos. Según el experto, los hechos pueden ser recordados hasta 22 veces más si están incrustados en una historia.
3. Las historias inspiran.

3 características
Destaco algunos elementos que desprenden del ejemplo que compartí al inicio del post y, a mi criterio, mejoran el storytelling:

1. Sencillez del discurso. El idioma usado es sencillo, claro, como para que un niño lo entienda.
2. Historias cortas y poderosas en forma de cuentos, historias personales, fábulas o hasta chistes, entre otros.  Sustentan lo que se acaba de decir o sientan las bases para el discurso que sigue.
3. Espontaneidad. Así como hay personas que son excelentes contando chistes y los sacan de manera espontánea de su repertorio mental, pareciera que un buen storyteller hace lo mismo, con desinhibición y en el momento preciso.

Todos hemos escuchado discursos poderosos o charlas de TED donde los expositores recurren a este recurso, pero sabemos que es algo preparado y que esas historias han sido seleccionadas y practicadas hasta el cansancio para que fluyan de manera natural al momento de exponerlas. Lograrlo de manera espontánea es un talento valioso.

La práctica hace la perfección.

No todos somos storytellers naturales, pero la práctica hace la perfección. Puedes empezar con algunas recomendaciones en el artículo de Forbes o puedes comprar el libro de Smith u otro sobre el tema.

Fuente imagen principal: elearningindustry.com 

Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com