No lo digas…Muéstralo
Me frustra ver cómo otros se adueñan de mis ideas, las ejecutan y se llevan todos los laureles sin siquiera mencionar de quién fue el de la idea. ¿Cómo evitar esto?
Las ideas se las lleva el viento. Si no se implementan, se quedan en sueños. No basta con imaginar o contar tus ideas, debes ser capaz de ejecutarlas, porque quien se lleva el reconocimiento suele ser quien las convierte en realidad. Es un hecho de negocios.
Es cierto, hay quienes no reconocerán de dónde provino la idea, por inseguridad, egoísmo o simplemente porque a medida que se “adueñan” y desarrollan la idea, la sienten propia.
Te invito a pensar por qué se están adueñando de tus ideas. ¿Qué impide que las ejecutes tú?
Piensa en lo que dijo Roxana Belliadel Center for Creative Leadership en el último Foro de Recursos Humanos de la Cámara de Comercio Americana en setiembre: hoy se requiere ejecutivos “audaces y creativos” porque ya no se construye para la permanencia–las empresas son como “castillos de arena” cuyo ciclo de vida es de 8 años .
Estás siendo lo suficiente ¿audaz y creativo?
Jeffrey Gitomer, el gurú de ventas en su libro “Little Green Book of Getting your Way” asocia el presentar tu idea con montar un espectáculo, con cantar en un Karaoke:
1) Agarra el micrófono y “canta” entre la audiencia en vez de cantar desde el podio;
2) No mires la letra de la canción mientras cantas, mira a la audiencia, compenétrate con ella;
3) Ponle pasión a tu canción (o tu “pitch”); y,
4) Termina a lo grande, con todas tus ganas y fuerza.
En los primeros tres minutos del siguiente video, Peter Voogd, autor y fundador del Game Changers Academy nos desafía a dejar el “baby effect” que es hablar mucho sobre sobre las ideas porque cualquiera lo puede hacer, y enfocarnos fehacientemente en la ejecución de ideas de alto valor e impacto.
En cuanto a hacerlas realidad, no hay nada malo con empezar con ideas gruesas, ir probándolas y ajustándolas o empezando de nuevo a través de prototipos que van evolucionando hasta llegar a la versión final, pero no basta con ingeniar, tienes que ser capaz de crear, ejecutar.
No puedes actuar solo, debes contar el apoyo y compromiso de otras personas. Piensa en quién necesitas que te apoye, quién debe aprobar que puedas dedicarle tiempo a esto, si necesitaras una aprobación formal. Quizá puedas empezar como un proyecto personal en tus ratos libres en el trabajo y empezar con un piloto o prototipo que no implique grandes recursos pero debes ser ágil, moverte con sentido de urgencia.
Para ganar credibilidad, piensa en aquellas ideas que has logrado llevar a cabo y comparte los resultados, hazlos visibles. Sobre todo, muestra pasión. Una de las características de un gran empresario es su pasión y capacidad para “vender” su idea a quien sea, desde el sectorista que le dará el financiamiento hasta al empleado que está por contratar.
Otra manera de ir probando y ganar credibilidad en la ejecución es llevar una muestra de tu idea. En las pruebas de concepto, antes de lanzar un producto, se suele preparar un “dummy”, físico o digital, del producto para que los consumidores puedan visualizar de qué se trata.
O, puedes pensar como si estuvieras levantando capital para tu gran idea de negocios. Inspírate en el programa Shark Tank, los empresarios que quieren financiar sus ideas siempre llevan muestras de su producto. Ver es creer y es ahí donde tus colegas te podrían estar ganando.
No tienes por qué seguir frustrado. Está en ti terminar con los paradigmas que podrían estar limitando tu capacidad para actuar con sentido de urgencia, adueñarte de tus ideas antes que otros y ejecutarlas con ayuda de otros pero con tu sello personal.
Te dejo con un mensaje de James Allen que Gitomer cita en su libro “Little Gold Book of YES¡ Attitude”:
‘Todo lo que logra el hombre, o deja de lograr, es resultado directo de sus pensamientos.’
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 05 Octubre 2017