Mi jefe no escucha
Mi jefe es muy hábil; el problema es que no escucha. Conversa con nosotros, pero domina la conversación y siempre tiene una respuesta lista, lo cual le ha ganado el respeto de la gerencia pero su gente, incluido yo, se siente desmotivada. Nadie le dice nada porque es el jefe. ¿Alguna sugerencia?
Es muy difícil hacer escuchar a alguien que no ve la necesidad de hacerlo; más aún, si el comportamiento es validado por la gerencia, que puede no estar consciente de que saber escuchar trae beneficios concretos al negocio.
Según estudios de los expertos de LLC, “las empresas con líderes que saben escuchar sobrepasan los resultados de su competencia por un factor de 3”.
Sin embargo se trata de un mal común. Como decía Stephen Covey, la mayoría de personas “no escucha con la intención de entender, sino con la intención de responder”.
¿Qué te queda? Dudo que, a estas alturas, tu jefe sienta la necesidad de cambiar, a no ser que tome consciencia del impacto negativo de su comportamiento o que la indicación venga desde arriba.
Lo cierto es que parte de lo que un profesional tiene que aprender a hacer es manejar la relación con su jefe. Hay muchas formas de comunicarse. Obsérvalo e identifica cómo procesa la información y cuál es el medio más efectivo para comunicarse con él.
Una alta ejecutiva descubrió que la mejor manera de que su jefe la “escuchara”, era planteándole las cosas por escrito, dándole un espacio para que procese la información; y sólo después conversar con él. Los resultados de esta táctica fueron 100% efectivos.
Podrías preguntarte ¿me estoy comunicando en el momento oportuno? ¿Estoy planteando mis argumentos con sustento, incluidos los pros y los contras? ¿Estoy proponiendo cosas relevantes para tu jefe, el negocio o el equipo?
También podrías explorar qué es lo que motiva a tu jefe. Si se trata de una persona competitiva, podrías intentar hablarle en su propio idioma, en un momento distendido. Por ejemplo, plantearle cómo el equipo, liderado por él, podría mejorar los resultados y hasta proponerse sobrepasar a la competencia por un factor de 3, como sugiere el estudio mencionado en este post.
Otra opción podría ser proponer y liderar una campaña de ‘escucha activa’ para todo el equipo, donde la presencia de tu jefe sería indispensable. Con la participación de todos, podrían llegar a establecer algunas reglas de juego para las reuniones, sobre interrupciones, preguntas, cuándo es el mejor momento para la intervención del jefe, por citar algunos ejemplos. La campaña podría incluir talleres sobre los diversos estilos de comunicación, discusiones, artículos, lecturas, etc.
En el caso de que tuvieras un poco de confianza con tu jefe, una sana retroalimentación podría dar grandes resultados si es aceptada en la cultura organizacional. Las personas competitivas generalmente estarán deseosas de enmendar cualquier crítica rápidamente, pero el feedback tiene que darse en el momento propicio y estar bien ejecutado. Si decides seguir esta ruta, busca entrenamiento y practica para minimizar riesgos en la relación.
Finalmente, desafiaría al equipo a identificar por lo menos tres características positivas de tu jefe y preguntarse si están siendo muy críticos a la luz de sus fortalezas.
Suerte. Si nada funciona y la situación es insostenible, pide un cambio. Cierro con una cita de Hemingway.
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 27 de Noviembre 2014