Tengo 33 años. He escalado rápidamente en la organización pero mi jefe no deja de decirme que tengo que mejorar mi trato con la gente, que tengo que suavizar mi estilo. No entiendo porqué se fija tanto en esto si le doy los resultados que me pide.

El jefe tiene un impacto tremendo en el bienestar de sus colaboradores y su estilo o trato puede hacer que la vida laboral de sus colaboradores sea feliz o miserable.

Quienes se sienten bien tratados y considerados, producirán mejores resultados ya que tienen la “camiseta” puesta.  Por lo contrario, Daniel Goleman, el experto en inteligencia emocional, explica que el no sentirse tratado con respeto o consideración en el trabajo, genera respuestas en el cerebro que de alguna manera bloquean el pensamiento analítico y racional.

Por otro lado, los académicos han concluido que un tercio de las utilidades de una empresa depende del clima laboral; y, que éste depende en gran parte del jefe directo.  No sorprende, por lo tanto, el foco de las empresas en mejorar su clima laboral y el liderazgo de los jefes.

Tu jefe está tratando de enseñarte algo muy importante–aparte de la oportunidad de ser un mejor líder–y es “el costo de no hacer nada”.

En este caso, si tus resultados son buenos, imáginate cuánto mejor podrían ser si afinas tu estilo para que tus colaboradores se sientan escuchados y apoyados, para que que te vean como un ejemplo a seguir.

Si los nutres de elementos no monetarios, como el reconocimiento y el buen trato, lo que los expertos llaman “salario emocional”, podrías tener resultados aún más sorprendentes. Todos ganan.

Quizá tienes un estilo muy activo, enfocado en los resultados y quieres respuestas rápidas. Quienes tienen este estilo de interacción son vistos como personas directas, prácticas, energizadas que es lo que las empresas necesitan para lograr resultados.

Sin embargo, la desventaja es que las personas con un estilo muy activo, pueden ser percibidas como poco sensibles; y, en oportunidades, hasta abrasivos. Esto puede pasarte la cuenta si no tomas consciencia y trabajas en ello.

Si quieres seguir creciendo en la empresa, tienes que hacerle caso a tu jefe y afinar tu trato con la gente, tu capacidad para acercarte, convocar, motivar y persuadir.

Esto también implica desarrollar y conocer los diversos estilos de liderazgo y aplicarlos de acuerdo a las diferentes situaciones que puedan surgir ya que los estilos más bien agresivos o autoritarios tienden a no son bien recibidos en la era del conocimiento, donde ya no se depende de máquinas, si no de personas.

Twitter: @PatriciaCanepa

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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com