La importancia de participar activamente en las reuniones de trabajo
Cualquier exceso es malo. Ni muy poco ni mucho. Si tu jefe te está avisando que no estás interviniendo lo suficiente, entonces, sí, tu falta de participación te puede jugar en contra.
Míralo por el lado positivo. Puede estar alertándote 1) que tienes cosas importantes que decir, que tus opiniones son valiosas; 2) que le hace falta tu opinión o tus recomendaciones en momentos críticos y no las está recibiendo; o, 3) que te estás ‘quedando’ en relación con tus pares, entre otros. Conversa con él para entender por dónde va su preocupación, si aún no lo has hecho.
Pregúntate ¿por qué no participas realmente? ¿Sientes que no tienes nada que aportar, que ya todo está dicho? ¿Sientes temor de expresarte y equivocarte? ¿Te sientes intimidado por los colegas o los jefes? Trata de entender qué hay detrás de tu falta de participación para que puedas trabajar sobre ello.
Varias premisas importantes sobre la importancia de expresarte, de tener una voz o una posición en el entorno laboral, que no debes olvidar:
- Como te comunicas (o no) te perciben —querrás que se lleven la mejor impresión—.
- Siempre te están observando y te compararán en relación con tus colegas —querrás que cualquier comparación te favorezca—.
- Usualmente levantarán la opinión de otros antes de tomar decisiones sobre tu carrera —querrás que sea la mejor—.
- Si tienes una pregunta u observación, es probable que otro la tenga —no querrás que te ganen por puesta de mano—.
- Quien no tiene una opinión, cede poder a otros quienes tomarán las decisiones por él, según los expertos.
- Quien no tiene nada que decir pasa desapercibido —querrás estar visible—.
Sobre los dos últimos puntos, aunque sientas que no tienes nada que decir, siempre hay una oportunidad para intervenir.
- Ten un punto de vista. Di que estás de acuerdo, en desacuerdo, o que necesitas tiempo para tomar la decisión.
- Pregunta, para pedir aclaración de algún punto, de cómo llegaron a una conclusión, de cómo la recomendación impacta en otros o al presupuesto, de cuáles son los watchouts, etc.
- Ofrécete, para ser tú quien lideres la próxima reunión o para asumir un rol más activo.
Asegúrate de que cuando intervengas uses palabras positivas que te empoderan vs. palabras peligrosas que pueden anularte o jugar en contra. Aquí algunos ejemplos:
Recuerda que no sólo te expresas con lo que dices; te tienen que acompañar el tono de voz y el lenguaje corporal. Establece contacto visual con tu audiencia, asume una postura relajada pero firme, y aségurate de que el tono de tu voz sea lo suficientemente alto como para que todos te escuchen. Exprésate con entusiasmo y energía (aunque te cueste al comienzo), y te irá muy bien.
Un último consejo de oro: “La práctica hace la perfección”. Atrévete a salir de tu zona de confort y empieza a intervenir poco a poco. Vé cómo te va, y practica tus intervenciones más difíciles o ante las audiencias más rigurosas. Verás cómo, paulatinamente, mejorarás. Pide a tu jefe que te observe y te dé feedback de lo que estás haciendo bien y de cómo puedes mejorar más.
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Fuente: www.levo.com
Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 30 de Abril 2015