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No soy partidario del juego político en la oficina, pero veo que le da resultado a algunos de mis colegas. Mi jefe parece estar feliz con ellos, hasta hacen deportes juntos. ¿Cómo hago para evitar el “office politics” y mejorar mi relación con el jefe?

Quizá puedes empezar por revisar tu definición del tema “político”.

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Compartir la afición por un deporte no tiene porqué ser considerado “office politics” o una especie de “sobonería”. Tampoco lo es conducirte con astucia y diplomacia o saber escoger qué batallas valen la pena pelear. Son habilidades ejecutivas esenciales para el éxito profesional, sobretodo, a medida que vas avanzando en tu carrera.

Según Sheryl McIntyre, autora del libro “Secrets to Winning at Office Politics”, la política en la oficina no tiene porqué ser una “mala” palabra.

Tiene que ver con saber llevar las relaciones de tal manera que contamos con más aliados que enemigos. A más aliados, más capacidad—o poder- para conseguir resultados.

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Esto es indispensables en el exigente e interconectado mundo de negocios de hoy. A través de las buenas relaciones podemos construir alianzas, abrir puertas, remover obstáculos y solucionar problemas.

No hay porqué “evitar” estos temas, hay que replantearlos como algo positivo que servirá para afianzar tu capacidad para influir sobre otros, incluyendo tu jefe.

Vale la pena escuchar a los expertos Linda Hill y Kent Lincback elaborar sobre el juego político en la oficina en la excelente entrevista a continuación:

Hay que aprender a descifrar la cultura organizacional y los entornos políticos de nuestras empresas para poder navegarlos y así evitar costosos errores.

Esto comprende estar alineado con tu jefe y saber leerlo, saber quiénes toman las decisiones o influyen en ellas, saber leer mensajes entre líneas, relacionarte con sensibilidad y agilidad en entornos complicados. Implica saber usar tus habilidades “políticas” sin sacrificar principios en bien de la organización y no para fines personales.

Hace algunos años, el empresario y ex presidente y CEO de GE para Perú y Ecuador, Luis Fernando Garrido, compartió conmigo su sabia visión sobre las relaciones de poder en la oficina, la cual te puede servir como inspiración:

“La habilidad política tiene mucho que ver con la percepción, saber interpretar lo que el otro realmente quiere, lo que no quiere decir jugar su juego. Conlleva saber moverse para lograr objetivos sin comprometer los valores. Es clave para satisfacer los objetivos de los superiores, aunque a veces se usa lateralmente, con colegas, para este mismo fin. Se usa menos con colaboradores, pero siempre debe ser genuina, pensando en su bienestar, porque no tolerarán la sobonería”.

Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 10 de Julio 2013