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¿Dónde trabajar? Diversos tipos de empresas

 

He trabajado en una multinacional ocho años y estoy pensando hacer un giro hacia otro tipo de empresa para ampliar mis horizontes. ¿Qué otras opciones tengo aparte de convertirme en empresario?

Trabajar en una multinacional es una brillante oportunidad de desarrollo profesional. Suelen ser “escuelas” formadoras donde recibes entrenamiento y capacitación de clase mundial. Los jefes, colegas, proveedores y beneficios suelen ser de primer nivel. Los proyectos interesantes, la innovación, el clima laboral y las oportunidades para viajar o vivir fuera del país, las hace empresas sumamente atractivas.

Pero, como todo no es perfecto, para algunos podrían ser muy estructuradas, las mejores prácticas o materiales pueden ser impuestos por la matriz dejando poco espacio para crear localmente. Los estándares son muy altos por lo que podrían ser muy demandantes del tiempo de los colaboradores, incluyendo más viajes a medida que vas ascendiendo. En algunos casos, los cuellos de botella para ascender a otras posiciones pueden trascender el ámbito local e involucrar otras regiones. En otros casos, vivir fuera del país puede ser prácticamente un requisito para ascender a otras posiciones.

Dado este alto estándar de entrenamiento y cultura corporativa, trabajar en empresas de otro tipo podría representar un desafío. Si tienes tus finanzas personales bajo control, te gustan los retos y tienes buena inteligencia emocional, podrías aportar mucho a empresas familiares que desean profesionalizarse o a empresas en formación, también conocidas como start-ups.

Piensa bien tu decisión. Tendrás que adaptarte, estar dispuesto a “soltarte las trenzas” para trabajar con poca estructura y algunos obstáculos en el camino. El camino puede no ser tan fácil para personas poco flexibles y adaptables pero puede ser una delicia para quienes les encantan los desafíos. A continuación toco dos ejemplos comunes.

Las empresas familiares. Los grupos o empresas familiares que se han profesionalizado, pueden ser parecidas a cualquier multinacional y de hecho algunas tienen presencia en otros países. Para propósitos de este ejercicio hablemos de aquellas que aún no se han profesionalizado y pueden representar una brillante oportunidad de crecimiento. El empresario suele ser visionario y detecta oportunidades donde otros no, esto se traduce a muchos proyectos y temas pendientes, lo cual te mantendrá entretenido. Tendrás espacio para crear, hacer y poner a prueba tus habilidades de gestión y liderazgo. Con paciencia e inteligencia emocional podrás influir o trabajar en diversas áreas y ver la operación mucho más de cerca. Si estás dispuesto a remangarte las mangas y realmente involucrarte, podrás lograr cosas importantes y, de paso, entender cómo piensa un empresario; sobre todo, aprenderás adaptarte a entornos cambiantes.  Sugiero revisar el último estudio sobre el futuro del trabajo de Price Waterhouse Coopers, que señala varias ventajas de trabajar en una empresa chica, incluyendo que los empleados son más felices.

Pueden pagarte un salario atractivo por el cache de haber trabajado en una empresa importante, pero las expectativas serán muy grandes y querrán resultados ya. A diferencia de las multinacionales que te ven como una inversión, algunos dueños podrían verte como un costo porque sienten que “el sueldo sale de sus bolsillos,” y estarán muy atentos a tus aportes. Hay quienes esperarán que estés disponible 24/7. El dueño podría estar muy presente cuidando sus intereses e involucrarse en tus temas o saltearte sin previo aviso. Muchos empresarios exitosos se hicieron solos y sus logros son admirables, quieren el bien de su empresa, pero podrían inicialmente rechazar cambios o iniciativas muy radicales si no están convencidos. Por más “trome” que seas, debes ganarte su confianza, poco a poco, con mucha conversación y pequeños hitos en el camino.

Las start-ups. Estas empresas en formación suelen ser una fuente de creatividad y energía por el desafío que tienen de crear algo de cero. Tienen recursos limitados y equipos de gente joven detrás porque suelen estar relacionadas al tema tecnológico, aunque no siempre. Según Giancarlo FalconíConsultor de Empresas y start-ups, especializado en temas de marketing digital e innovación, uno de los beneficios de trabajar en un start-up es que “se aprende mucho del proceso, de la parte comercial, operaciones, liderazgo y de herramientas como design thinking y business model canvas que aseguran que tu proyecto resuelva un problema real…”

Como contraparte, Falconí señala que éstas podrían sufrir alta rotación y destaca la importancia de “buscar un buen equipo…que más que un sueldo, comparta la pasión del proyecto”. Otro punto a tener en consideración es que “algunas podrían carecer de una visión de mediano o largo plazo” por la presión de lanzar el proyecto y empezar a generar ingresos inmediatos. Sin embargo, “las start-ups que tienen detrás inversionistas “ángeles”; o, la combinación de capital, experiencia y redes de contacto, conocido como “smart money,” compensan estas carencias. Sobre todo en Perú, a este tipo de inversionista le gusta participar activamente y estar enterado de todo; a diferencia de, por ejemplo, un fundador zombie que no se mata por su proyecto. ”

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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 23 de Junio 2016

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