¿Cómo ser un buen jefe?
Felicito tu actitud. Hoy en día, con la presión de los negocios, tienes a las organizaciones haciendo más con menos recursos, y cada vez escucho más y más quejas sobre los jefes. La regla de oro: trátalos como te gustaría que te traten a ti.
Usa tu intuición y piensa en los comportamientos de aquellos jefes que dejaron huella en ti. Ya conoces los comportamientos que no querrás repetir. Las siguientes diez ideas pueden encaminarte en la tarea de ser un mejor jefe.
1. Estás al servicio de tu gente, no al revés. Tu rol cambió. Ahora eres responsable del desarrollo de las personas en tu equipo, adicionalmente al desarrollo del negocio o tu área funcional. Si te toca liderar, será un camino arduo sin seguidores leales. Eso quiere decir que te tienes que ganar su respeto, acercándote a ellos, entrenándolos, exigiéndoles, dándoles oportunidades para que florezca su potencial y alineándolos con los objetivos organizacionales.
2. Apóyate en herramientas de gestión. Mucha gente trabaja pero no entiende por qué, o en qué negocio está la empresa, y menos cómo contribuyen a ésta. Es tu rol asegurarte que saben cuál es el foco del negocio, la misión (para qué están ahí), la visión (dónde quieren llegar, trázales el norte), y los valores (comportamientos) que son los que esperas de ellos, sobre los cuales pueden actuar y basar sus decisiones. De esta manera, les das contexto, pautas para trabajar, y los empoderas para conseguir resultados.
3. Conócelos y deja que te conozcan. Comparte tu trayectoria, quién eres, qué es importante para ti, cómo te gusta trabajar, cómo llegas a la posición, etc. Revisa sus fichas personales pero, además, conversa con ellos, preocúpate de conocer sus expectativas personales y profesionales, sus sueños y motivaciones al igual que sus fortalezas y debilidades (desde su punto de vista y el de los jefes anteriores).
4. Escucha y comunica. No des tareas sin dar contexto, ayuda a la gente a entender cómo y por qué su rol es importante en la organización. Ayúdalos a ver cómo aportan valor y qué pasa si fallan en su tarea. Enséñales cómo hacer las cosas. Si es la primera vez, da instrucciones claras y asegúrate de que son entendidas. Inspírate en “El ejecutivo al minuto” y “El autoliderazgo y el ejecutivo al minuto”, ambos de Ken Blanchard. No escondas situaciones ni sorprendas. Todos entendemos si nos hablan claro. Quieren saber lo que está pasando en la empresa y voltearán a donde ti para saberlo. No los palabrees o hagas promesas que no podrás cumplir.
5. Enfócate en sus fortalezas, no en sus debilidades. Ayúdalos a entender lo que hacen particularmente bien y dónde tienen que mejorar. Capitaliza sus fortalezas y asígnales tareas donde les saquen provecho.
6. Hazlos trabajar. Delega (con control y seguimiento). Desafíalos, asígnales proyectos puntuales o problemas a resolver, de manera escalonada. Hazlos pensar, trabajar en equipo, fuérzalos a hablar con otras áreas, a buscar soluciones, innovación y mejoras. Trabaja con objetivos claros e indicadores. Trata de no cambiar de rumbo continuamente porque confunde y desmotiva.
7. Reconócelos. Celebra sus logros y compártelos con el resto de la empresa. Inspírate en “El principio de la zanahoria”, de Adrián Gostick. Promueve a tu gente, ponlos en la palestra cuando se lo ganan y refuerza el valor o comportamiento que demostraron en la tarea. Dales oportunidades para estar visibles, invítalos a reuniones y déjalos exponer ante tus pares. Luego dales feedback. Asegúrate de que están bien remunerados, antes de que te pidan aumentos. Promuévelos cuando están 80% listos para promover el aprendizaje. Llámales la atención en privado y utiliza el valor con el cual no han sido consecuentes para reforzar la importancia de trabajar con base en ellos.
8. Dales el beneficio de la duda. Construye una plataforma de aprendizaje sin temor al error. Deja que exploren, que se equivoquen con cosas menores, sin penalización. Así construirás confianza, y cuando tienes que decir que no o ponerte firme, será mucho más fácil que se alineen con tus decisiones.
9. Hazte presente. En momentos decisivos de cambio, de crisis, tienes que estar cerca de tu equipo, comunicándole, energizándolo y desfiándolo para sobreponerse. En el día a día no seas un dedo, trabaja con base en objetivos, deja que trabajen tranquilos y reúnete con ellos para revisar avances y ver cómo van en general.
10. Entrénate en liderazgo, en técnicas de coaching, en feedback, en trabajo en equipo, en delegación, en solución de conflictos, en negociación, etc. Practica y luego entrénalos. Observa y modela a quienes respetas por su rol como líder. Conversa con mentores sobre cómo ser un mejor jefe.
Tu libro de cabecera debe ser “El Ejecutivo Eficaz” de Peter Drucker. Te enseñará principios básicos de gestión y te ayudará a liberar tiempo para dedicarte a tus colaboradores, tarea principal de un líder.
¿Complicado? No. ¿Toma tiempo? Sí. Pero el fruto de tener un equipo que logra mejores resultados, que trabaja con presión pero tranquilo, con un propósito claro y que tiene la camiseta puesta, no tiene precio.
Fuente: www.mountainjobs.com
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Patricia Canepa
Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 25 de Junio 2015