Cómo saber si eres un mal jefe
En los últimos meses mi área, a diferencia de otras, está sufriendo alta rotación y estoy preguntándome si yo, como jefe, puedo ser el problema. ¿Cómo saberlo?
Si tienes la sensibilidad para dudar y cuestionarte, vas por buen camino.
Para saberlo, podrías aprovechar un estudio que realizó el portal de trabajo Glassdoor.com donde los encuestados señalaron los factores que asocian con un mal jefe. Las primeras respuestas: “Es irrespetuoso” 43%, “tiene una actitud negativa” 34%, “es flojo” 23%, “siempre habla de sí mismo” 16%. Le siguen “humor inapropiado, llega y se va tarde”, todas con 10%.
Ten presente que también puede influir en la rotación la carencia de cosas básicas, como lo es un salario competitivo, horarios y carga de trabajo, falta de desafíos, por dar algunos ejemplos, según una encuesta de Paychex Inc. Pregúntate ¿Ha cambiado la carga o responsabilidades del grupo? ¿Cuándo fue la última vez que aumentaron sueldos? ¿A qué hora se están yendo a casa? ¿Cómo sale tu área en cuanto a clima laboral? ¿Tienen asignaciones variadas y desafiantes? Es tu responsabilidad como jefe asegurar el mejor clima laboral para tu gente. Podrás ir descartando si analizas estos factores.
Hay 4 señales comunes en jefes disfuncionales, según Victor Lipman, contribuidor de Forbes y autor del artículo “Si tu jefe muestra estos comportamientos, corre”:
- No comunica o cuando lo hace, es para resaltar errores o cosas negativas.
- No asume su responsabilidad, es ágil en delegar la culpa a otros.
- No tiene escrúpulos. Carece de valores. Los narcisistas, quienes están sobre-representados en las gerencias, son arrogantes, tienen una gran opinión de sí mismos y falta de empatía.
- Está más preocupado por su carrera que por la tuya. Es egocentrista, no se preocupa por ti.
Si aún no es práctica en tu empresa, solicita que se conduzcan entrevistas de salida por una persona neutra en Recursos Humanos (RRHH). Obtendrás respuestas probablemente reveladoras que te indicarán si eres el problema. Conversa con RRHH y pide retroalimentación y pregunta si han recibido quejas de ti. Podrías conversar con tu propio equipo y pedirles feedback honesto, pero si no hubiera confianza, será difícil lograrlo.
Por último, podrías pedirle a RRHH que, como parte de tu programa de desarrollo, haga una encuesta anónima a tu equipo, con 3 preguntas:
¿Qué debes seguir haciendo?
¿Qué debes empezar a hacer?
¿Qué debes dejar de hacer?
Cuando lleguen las respuestas el truco es no tratar de descifrar quién dijo qué, eso no es relevante. Si realmente estás preocupado, lo que importa es detectar comportamientos positivos que debes reforzar o conductas negativas que debes corregir en el acto.
Si se tratara de ti, y verdaderamente quieres cambiar, un coach ejecutivo será de mucha ayuda. Suerte.
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 15 de Junio 2017