20 Malas Costumbres Ejecutivas
Hace poco tuve una fuerte discusión con un colega y ambos perdimos el control. Mi jefe me dijo, de pasada, que tenía que dejar las “malas costumbres”. ¿A qué se puede estar refiriendo?
Para empezar, debes evitar perder el control. Trata de anticipar situaciones potencialmente explosivas y si se dan, y es posible, evádelas pidiendo un break y retomando la conversación después.
Revisa las últimas situaciones donde has discutido con otros y trata de entender qué lo suscitó e identifica cualquier catalizador recurrente.
Prepárate mentalmente antes de reuniones donde los ánimos podrían estar más cargados, para “no pisar el palito”; manéjate con preguntas abiertas para entender los motivadores que pueden estar detrás de las posiciones de otros; y, agradece los diversos puntos de vista, aunque no los compartas.
En cuanto a las malas costumbres, tendrías que conversar con él para entender a qué se refiere exactamente.
Mientras tanto, traduzco los 20 defectos o “desafíos interpersonales” que Marshall Goldsmith, uno de los coaches ejecutivos más admirados del mundo, menciona en su best-seller “What Got you Here Won’t Get You There”, el cual recomiendo a todos. Revísalos, identifica los tuyos y simplemente deja de cometerlos.
- Ganar siempre. La necesidad de ganar a toda costa, en toda situación.
- Agregar demasiado valor. El deseo abrumador de “meter la cuchara” en todo.
- Juzgar. La necesidad de medir a otros bajo nuestros estándares.
- Comentarios destructivos. El sarcasmo innecesario y la necesidad de hacer comentarios cortantes pensando que somos graciosos.
- Empezar las oraciones con “No,” “Pero,” “Sin embargo.” El uso extendido de estos calificadores negativos indirectamente le dice a la gente “Soy más inteligente que tú.”
- Decirle al mundo lo inteligente que somos. La necesidad de demostrarle a la gente que somos más inteligentes de lo que piensan.
- Hablar cuando estás con cólera. El uso de la volatilidad emocional como una herramienta de gestión.
- La negatividad o “déjame explicarte por qué no va a funcionar.” La necesidad de compartir comentarios negativos aun cuando no nos lo han pedido.
- Retener información. Rehusar compartir información para tener ventaja sobre otros.
- No dar reconocimiento. La inhabilidad de dar reconocimiento y recompensa.
- Adueñarte de méritos ajenos. La manera más molestosa de sobre-estimar tu contribución.
- Hacer excusas. La necesidad de reposicionar molestosos comportamientos como algo permanente, que no podemos controlar, para que nos disculpen por ello.
- Aferrarte al pasado. La necesidad de re-direccionar la culpa y trasladarla a eventos o personas del pasado; otra manera de culpar a otros.
- Tener preferidos. No reconocer que estamos tratando a alguien de manera injusta.
- No expresar arrepentimiento. La inhabilidad de asumir responsabilidad sobre los hechos, admitir que nos equivocamos o reconocer que nuestro comportamiento afecta a otros.
- No escuchar. La manera más “pasivo-agresiva” de faltarle el respeto a nuestros colegas.
- No dar las gracias. La forma más elemental de los malos modales.
- Castigar al mensajero. La necesidad, mal dirigida, de atacar a gente inocente que solo trata de ayudarnos.
- Pasar la pelota. La necesidad de culpar a todos, menos a nosotros mismos.
- Necesidad excesiva de ser “uno mismo”. Exaltar nuestros defectos como virtudes porque simplemente “somos así”.
Para cerrar con “yapa”, nunca está demás revisar si podrías estás cometiendo alguno de estos otros “14 errores que hacen que la gente te odie” en el trabajo, según el artículo de Business Insider.
Fuente: Copyright 2007, Marshall Goldsmith, “What Got You Here Won´t Get you There,” pag. 40-41, Hyperion Books.
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 30 de Noviembre 2017