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La amistad y los negocios

 

He decidido convertirme en empresario y estoy pensando invitar a unos de mis amigos de la infancia a ser socio de mi empresa. Lo único que me preocupa es eventualmente perder su amistad por el negocio. ¿Qué precauciones debo tomar?

¿Cuántas veces hemos escuchado de relaciones entre amigos que se rompen cuando empiezan a trabajar juntos ya sea en calidad de empleado o de socio? Una cosa es la relación de amistad y otra es la del trabajo; si se van a mezclar las dos cosas es mejor hacerlo con lineamientos claros para no terminar perdiendo ambas.

Usualmente conocemos a nuestros amigos en su faceta personal, sobre todo si son amigos de toda la vida. Poco sabemos de su manera de trabajar, sus costumbres o expectativas laborales.

Retransmito algunas ideas que escribí sobre el tema hace algunos años, que te pueden ser de ayuda.

“Al contratar un amigo, debes saber que puedes perder su amistad en el proceso. Para evitar problemas, establece límites y condiciones desde un comienzo aunque ello pueda generar un poco de incomodidad. Cuando las cosas quedan escritas y los objetivos claros desde un inicio, es mucho más fácil resolver problemas en el camino remitiéndote a los acuerdos previos.

No solo deben pensar en el porcentaje de participación y aportes, deben conversar sobre los posibles escenarios que podrían presentarse y definir algunas pautas. Por ejemplo, ¿Qué hacer si uno de los socios quiere vender su partición? ¿En base a qué se valorizaría la participación? ¿Cómo evitar la fuga de nuevos proyectos o de información confidencial o de la cartera de clientes? ¿Qué pasa si uno de los socios fallece o se divorcia? ¿Cómo se toman las decisiones en el directorio?”

Éstas son sólo algunas de las preguntas que LHH – DBM Perú recomienda hacer antes de entrar a una sociedad porque es precisamente a raíz de estas preguntas y respuestas que se puede determinar el grado de acuerdo y alineamiento.

Daniel Custo, co-fundador del portal para bloggers, Triberr, hace algunas recomendaciones:  1) Asegúrate que la amistad no prevalece sobre el negocio, si no, el negocio sufrirá porque siempre se priorizará la amistad; 2) arma una estructura dinámica que les permita sobreponerse a los obstáculos que van a enfrentar en el camino. Por ejemplo, condiciones ante la eventualidad que un socio quiera retirarse; 3) busca a alguien que sea diferente a ti, con diferentes habilidades y relaciones; 4) trata que no sea tu mejor amigo para poder sostener conversaciones que, de otra manera, sería fácil evitar. 

Estos consejos son muy importantes a la luz de la realidad que enfrentan los emprendedores.  Por ejemplo, alguien contaba que en una de sus primeras aventuras empresariales nunca conversó con su socio sobre qué se haría con las utilidades cuando estas llegaran. Él quería reinvertirlas para hacer crecer la empresa pero su socio quería retirarlas para temas personales. No hubo manera de llegar a un acuerdo, la relación se quebró y la empresa se disolvió.

También hay casos de personas que se hacen socios cuando son solteros, por ejemplo. La empresa marcha de maravilla hasta que uno de ellos se casa; y, de pronto, a falta de lineamientos claros, las parejas empiezan a intervenir, algunas con mayor grado que otras y se genera un desbalance en la relación que puede terminar separando a los socios si no es manejado correctamente.

En fin, pueden haber diversas situaciones, pero lo importante es definir esas pautas importantes e incorporar las cláusulas que vengan al caso, en la minuta de constitución para proteger al negocio.

Sin duda, puede resultar difícil separar la amistad de la relación laboral, pero en el negocio la prioridad debe ser el bienestar de la empresa; fuera del trabajo, la amistad.

Google Images:lucasselect.com
Fuente: www.moneycrashers.com

Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com

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