La agilidad profesional
La vez pasada escuché a mi jefe referirse a uno de mis colegas como ‘una bala’. La verdad es que sentí envidia sana. ¿Qué tengo que hacer para ser ‘un avión’ en el trabajo?
Los términos que mencionas suelen relacionarse con personas que son ágiles, rápidas y que toman acción y decisiones acertadas con un alto sentido de urgencia.
Lograr que te asocien con estos adjetivos no es gratis. Debes desarrollar ciertas competencias que, en conjunto, te permitirán actuar de manera rápida, decisiva y efectiva para lograr la ansiada ‘agilidad profesional’. Aquí van algunas:
- Agilidad estratégica. Tiene que ver con tener una visión macro del entorno y un profundo entendimiento del negocio para aprovechar oportunidades y ventajas competitivas. Requiere confianza y audacia para moverse en entornos ambiguos.
- Agilidad de gestión. Es identificar y contar con los recursos necesarios (analíticos y de personas, gestión y tecnología, entre otros) para poder mover las piezas necesarias y facilitar la ejecución de las tareas.
- Agilidad en la toma de decisiones. Tiene que ver con procesar información rápidamente, haciendo uso de la intuición, ejerciendo juicio y coraje para tomar decisiones rápidas, a veces sin mucha información, sin dar veinte vueltas al asunto y sin consultar con cientos de personas en el camino.
- Agilidad de acción. Tiene que ver con tener sentido de urgencia, crítico en la etapa de ejecución, para hacer que se muevan los engranajes, remover obstáculos y lograr objetivos, de manera rápida y efectiva.
- Agilidad relacional. Es la capacidad para establecer sólidas redes de contactos que te permitan conocer, conectar y movilizar a personas de todo nivel, para crear sinergias y solucionar problemas, contagiando energía y entusiasmo.
Es importante combinar estas características con dos elementos más que complementan la agilidad profesional:
- Sentido práctico. Es decir y hacer las cosas de manera sencilla, lo más fácil posible, de manera simple, sin enredarte.
- Curiosidad. Tiene que ver con informarte y explorar un poquito de todo, saber dónde están las cosas, cómo funcionan e interesarte por cosas nuevas, tendencias o información que te puede ser útil para tender puentes o explorar rutas alternativas.
Pocas personas tienen todas estas características; tu colega probablemente tiene varias de ellas. El mejor consejo que te puedo dar es preocuparte de hacer tus trabajos y proyectos con un alto sentido de urgencia, si es posible, terminándolos antes de tiempo y sin errores. Paralelamente preocúpate de experimentar diferentes tareas y situaciones de tal manera que puedas desarrollar las otras competencias poco a poco, e irás por buen camino para convertirte en un ‘avión’.
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com /21 de Abril 2016