La pérdida de trabajo y la identidad profesional
Hace poco hubo una reducción en mi empresa y fui uno de los que salió. Sé que ahora los trabajos no son eternos, pero igual me siento defraudado. Trabajé cinco años en esa empresa, le di todo y siento que me han quitado una parte de mí.
Lo que describes es parte natural del proceso de ruptura de un vínculo que no es sólo laboral, sino también psicológico.
En LHH DBM aprendí que es natural que se genere un vínculo psicológico porque sentimos que el trabajo nos define. Inconscientemente nos identificamos tanto con él, que nos ‘adueñamos’ mentalmente de algunas cosas: ‘mi jefe’, ‘mi escritorio’, ‘mi laptop’ o ‘mi equipo’. Cuando llega el momento de la verdad, sentimos que perdemos no sólo las cosas materiales, sino también parte de nuestra identidad. Y nos desconcertamos.
Es importante reconocer que tu identidad profesional puede sufrir inicialmente, pero que con un poco de estructura, orientación, paciencia y persistencia pronto te recolocarás. Mientras tanto te puede ayudar reflexionar sobre los siguientes cuatro puntos:
Tu situación laboral no te define. Si te sientes defraudado porque estás desempleado, no olvides quién eres, tu esencia, lo que eres capaz de hacer y de lo que has hecho en el pasado. No permitas que tu situación actual te defina en desmedro de quién eres y lo que eres capaz de hacer. Ten muy presentes tus logros y tu nivel profesional, y anda con la cabeza en alto a cualquier reunión o entrevista.
Tu carrera no te define. En mi caso, por ejemplo, estudié ciencias políticas, hice una maestría en negocios internacionales, pero me formé profesionalmente como marquetera y actualmente me dedico a asesorar a ejecutivos en su transición laboral y liderazgo. Jamás ejercí lo que estudié. Mi vida profesional tomó otros senderos. No limites tus oportunidades por tu profesión, tus competencias, logros y sobre todo tu actitud te abrirán puertas a otras oportunidades.
Tus debilidades no te definen. Céntrate en todo lo positivo que tienes para entregar a otros. No te ancles en sus debilidades, no vale la pena. Reconócelas y analiza si debes mejorarlas, pero enfócate en tus fortalezas y obtendrás un mejor retorno a tu tiempo y esfuerzo.
Tus posibles empleadores no te definen. Si de pronto quedas fuera de una terna o dupla final en un proceso de entrevistas, haz la autoevaluación necesaria, pero no te martirices pensando qué hiciste mal para no merecer el trabajo. Simplemente piensa que otro candidato calzó mejor en los ojos de tu potencial empleador. Céntrate en lo bueno que eres como para haber quedado entre los mejores. Acepta que tu trabajo ideal aún no ha llegado y sigue para adelante hasta que lo encuentres. Buscar trabajo es un trabajo de tiempo completo.
Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 29 de Octubre 2015