Si no te han subido el sueldo a pesar de tus logros y contribuciones, y no hay una evaluación anual de desempeño formal, que es donde la mayoría toma decisiones sobre temas salariales, no dudaría en poner el tema sobre la mesa. Pero, tienes que prepararte, preguntarte si es el mejor momento y buscar la oportunidad.

Investiga. ¿La empresa tiene un plan formal de evaluación de desempeño? ¿Cuándo se lleva a cabo? ¿Qué factores se toman en cuenta? ¿Cuál suele ser la escala de incrementos? ¿Cómo están los salarios para tu puesto en empresas de similar tamaño/rubro? ¿Cómo está el mercado y situación de la empresa? ¿Cómo se comparan tus aportes, en relación a los de tus pares?

Identifica tus aportes. ¿Has generado valor en estos dos años? O, simplemente has ido a trabajar. Como decimos en LHH – DBM Perú, “no te pagan por ir a trabajar”, si no por contribuir. Si no tienes logros cuantificables, será mucho más difícil sustentar una propuesta de incremento más allá de un ajuste inflacionario.

Cuantifica tus contribuciones. ¿Cuánto has ahorrado o generado en nuevos ingresos? ¿Qué eficiencias has generado? ¿Cuánto más has hecho con el mismo presupuesto? ¿Qué proyectos ganadores has liderado y llevado a su conclusión y cuánto han representado, en dólares, para la empresa? ¿Cuál ha sido tu último aporte innovador y su valor? ¿Qué mejoras o iniciativas has concretado? ¿Qué clientes nuevos has traído?

Preséntate como una inversión. Con tus logros cuantificados, saca la cuenta de cuánto más, por encima de tu salario, has aportado a la organización. Salario anual vs. aportes. ¿Es mayor o menor? Dependiendo de tu investigación y la cuantificación de tus logros, puedes elaborar un rango y determinar si es o no el mejor momento para ponerlo sobre la mesa.

Busca el momento preciso. Según Lolly Dascal, CEO de Lead From Within, el mejor momento para pedir un aumento puede ser:

– Cuando el perfil del puesto ha cambiado y tus responsabilidades han crecido.
– Te reconocen constantemente por hacer un buen trabajo.
– Acabas de innovar o lograr algo importante.
– Puedes demostrar que has hecho una contribución más allá de lo esperado.
– Tienes una trayectoria clara de buen desempeño.

Asumiendo que la empresa no está pasando por un mal momento, busca un espacio donde sabes que tu jefe suele estar tranquilo. Asegúrate que está receptivo antes de empezar, si no, reprograma la conversación.

Mentalízate. Pedir un aumento, aunque sea justificado, puede resultar incómodo para la mayoría. Asegúrate de mentalizarte positivamente, de mostrar energía y entusiasmo, para poder expresarte asertivamente.

Plantea la situación en positivo. Habla de tu compromiso con la empresa y de lo contento que estás porque en los últimos dos años en el puesto has generado aportes importantes y cuantificables a la empresa. Prepárate para sustentar lo dicho.

“Hola José, quería conversar contigo, ¿es buen momento? Sabes han pasado dos años desde que ingresé a la empresa, he trabajado a gusto, siento que me estoy desarrollando y que he hecho contribuciones importantes.  Entre el 15% de incremento en ventas producto del relanzamiento; del 20% de ahorros producto de la reorganización del área; y, del 30% de eficiencias generadas por el replanteamiento de los procesos, he generado ahorros o ingresos a la empresa del orden de US$ 500 mil–es decir, 5 veces mi sueldo anual.

Como comprenderás, estoy feliz por este logro.  Quería compartirlo contigo y preguntarte si se van a hacer evaluaciones de desempeño y si esto contempla ajustes salariales…

Insiste. Si no es buen momento; o, si tu jefe no tenía el tema salarial en su radar y debe prepararse, define una fecha para reunirse: “Perfecto…¿Cuándo crees que sería un buen momento para ver esto en más detalle?”  Está en ti asegurarte que se da la reunión.  Asumiendo que a la empresa no le va mal y no eres escuchado a pesar de tus logros o tu jefe no valoras tus aportes, querrás evaluar otras opciones.

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