Un proceso de entrevistas es como jugar pimpón; la conversación va de un lado al otro, porque tanto el entrevistador como el entrevistado necesitan descubrir tres cosas: 1) si puede desempeñarse en la posición con base en sus habilidades y experiencias; 2) si le interesa el puesto; y 3) si encaja con la cultura.

Una rigurosa preparación para un proceso de entrevistas incluye hacer las preguntas que luego te permitirán tener las respuestas necesarias para tomar la mejor decisión.

En el video a continuación, Inés Temple, presidenta de LHH – DBM Perú, plantea el contexto ideal y sugiere tres preguntas claves: 1) ¿cuál es el reto de la posición?, 2) ¿cuál es la prioridad de la posición? y 3) ¿cuál es el perfil que busca?

Para preparte mejor, ten presentes estos cinco puntos:

1. La calidad de las preguntas: El entrevistador juzgará la calidad de tus preguntas. Éstas deben estar bien planteadas, ser relevantes y evitar información básica que se encuentra fácilmente en internet, como ventas, algunos ratios, productos, presencia en otros países, etc., lo cual te mostraría como alguien que no se ha preparado.

En el video a continuación, el portal de búsqueda laboral Monster.com incluye una amplia gama de preguntas relevantes: ¿por qué está disponible el puesto?, ¿cómo describiría la cultura de la empresa?, ¿qué métricas se utilizarán para evaluar mi rendimiento? ¿Cuáles son los obstáculos que se encuentran?, entre otras.

2. La cantidad de preguntas: Asi como no es aconsejable decir que no se tienen preguntas, tampoco es aconsejable bombardear al entrevistador con ellas. Lo ideal es plantear unas dos o tres, por entrevista, ya que probablemente haya oportunidad de preguntar más a medida que el proceso avanza.

3. El tipo de preguntas: Hay que discernir bien a quién se le pregunta qué. Por ejemplo, preguntas de tipo encaje con la cultura, como ¿por qué te gusta trabajar acá? se puede plantear a cualquier entrevistador. Pero, si vas a preguntar, por ejemplo, ¿cuál es el desafío principal? o sobre el presupuesto de la posición, será mejor dirigirla al eventual jefe.

4. La pregunta infaltable: Si no tienes preguntas al final, porque ya las has hecho y todo ha quedado claro en la conversación, por lo menos debes preguntar: ¿cuáles son los siguientes pasos en el proceso? O ¿para cuándo habrán tomado una decisión? De esta manera tendrás el panorama más claro y podrás hacer un seguimiento oportuno, con tranquilidad.

5. La pregunta a evitar: Evita hablar del sueldo hasta que la empresa lo ponga sobre la mesa y trata de conocer más de la posición antes de entrar a este terreno. El sueldo varía según las responsabilidades, tamaño de empresa, sector, desplazamientos, zonas geográficas, presupuesto, recursos, etc., por lo que es altamente aconsejable resolver estos interrogantes antes de siquiera dar un rango.

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Fuente: www.dumblittleman.com

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