Once errores que hablan por ti en el trabajo
Me sentí mal porque me dijeron que siempre interrumpo. La verdad es que no me había dado cuenta pero, además, todo el mundo lo hace. No sé por qué me señalan.
Todos interrumpimos en algún momento, pero si en tu caso se trata de un comportamiento habitual que se torna molesto, hacen bien en avisarte para que puedas corregir, probablemente se cansaron de tolerarlo.
Las formas son importantes porque influyen en la imagen que proyectas. Si no estás al tanto de estos errores, a veces inconscientes, puedes dar la idea equivocada y hacer la vida en común más difícil. No querrás ser visto de manera negativa. Nadie quiere trabajar con quien no cuida las formas y muestra desconsideración.
Justo hace unos días leí un artículo de Travis Bradberry sobre las cosas en la cuales la gente se basa para juzgar tu personalidad. En el mundo ejecutivo, no sólo se trata de lograr resultados, las formas son importantes y a medida que subes dentro de la organización, éstas cobran aún mayor importancia. Coincido con dos aspectos que se mencionan en el artículo, pero quisiera complementar con mis propias apreciaciones.
1. Chequear el celular constantemente. Este es uno de los puntos que menciona el artículo. Al igual que escuchar con el altavoz encendido o hablar con la voz elevada en sitios públicos, el chequear el celular a cada rato es una falta de consideración. Puede interpretarse como que tienes cosas más importante que atender que el trabajo o la persona que tienes frente.
2. Trabajar en la computadora mientras otro expone. Hay personas que hacen esto, pero no les gusta cuando les pasa, lo cual indica que probablemente no se den cuenta. Es descortés y podría ser visto como una falta de respeto a quien preparó su presentación y merece ser escuchado.
3. Asearte o maquillarte en tu cubículo. Puede tratarse de tu cubículo, pero es un espacio compartido, público. Nadie apreciará escuchar el corta uñas o ver las muecas que haces mientras te maquillas. Es una falta de criterio, hazlo en privado.
4. Llegar continuamente tarde. Dependiendo de la cultura de trabajo de tu empresa o de tu jefe, la mayoría de empresas espera que llegues a tiempo. Si se trata de una reunión en la que tu rol es crítico, debes estar con suficiente anticipación para asegurar una ejecución impecable.
5. Escaparte continuamente. Si tu trabajo se lleva a cabo en la oficina y debes ausentarte por unas horas por algo importante, avisa y estate atento a tu móvil. Es muy diferente que lo hagas continuamente. No te esfumes y dejes a todos preguntándose dónde estás. Puedes dar la imagen de “vivo” o “flojo”.
6. Quedarte callado. Todos tenemos una opinión y nos pagan por pensar y hacer. No dudes en levantar la mano y agregar valor a través de tus opiniones, sugerencias o recomendaciones; de lo contrario parecerá que no tienes una posición clara o, peor, que no tienes nada que decir.
7. Interrumpir. Puede no ser intencional, pero es descortés hacerlo y sucede mucho con las personas más activas que quieren llegar al grano rápidamente. Puede indicar que no te importa lo que otros dicen o que no tienes paciencia con otros. Mentalízate para evitarlo y si sucede, pide disculpas.
8. Ignorar comentarios o sugerencias. A veces personas con estilos activos pueden escuchar comentarios o sugerencias y procesarlos ágilmente, sin reconocer que los han escuchado. Esto desconcierta a otros y hace que se sientan ignorados o invalidados. Pon atención y agradece o reconoce los comentarios y sugerencias ajenas.
9. Copiar a tu jefe en copia oculta. Salvo raras excepciones, evita usar las copias ocultas ya que siempre es mejor la transparencia. Si tienes que copiar a tu jefe, hazlo abiertamente. De lo contrario, si el receptor se entera, a veces por tu mismo jefe, podrías dar la sensación que tienes una doble agenda y perderás confianza.
10. Enviar respuesta a todos cuando se puede evitar. Con la saturación de mails, evalúa que tan necesario es copiar tu respuesta a todas las personas que recibieron el mail; por ejemplo, para confirmar tu asistencia a una reunión. De lo contrario, puede ser visto como falta de criterio.
11. Mirar de arriba abajo a las personas que recién conoces. Puede hacerse de manera inconsciente, pero proyecta una imagen de superioridad que hace que otros se sientan mal ante tal escrutinio. Cuando conozcas a alguien, mantén una sonrisa y míralo a los ojos.
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Artículo originalmente publicado en www.semanaeconomica.com / 25 de Mayo 2017